Patas arriba

domingo, 1 de diciembre de 2013
Nahia se despertó contenta. Era jueves, su día de la semana favorito. Los jueves todo el mundo sonreía y a Nahia le encantaba.  Saltó de la cama y se fue corriendo hasta la ventana. Estaba lloviendo mucho y eso no le gustaba. Cuando llovía mucho no podía salir a jugar con sus amigos. No estaba dispuesta a quedarse en casa así que decidió poner patas arriba el mundo tal y como lo había conocido hasta entonces. Al presumido y esquivo arcoíris lo decidió llevar al suelo. Allí podrían observarlo y tocarlo los niños que tantas y tantas veces habían ido en su busca. Ya no llovería más de arriba abajo si no que llovería de abajo arriba y sería en forma de copos de nieve aunque no hiciera frío. Sería genial poder jugar con la nieve en verano y lanzarse bolas de nieve entre ellos. Además, si corrías lo suficiente, podrías volar entre los árboles y tocar con las puntas de tus dedos los rayos de sol. Decidió que no hubiera coches, así no les molestarían cuando jugaban con la pelota en el parque. Todos los jueves ya no eran el cuarto día de la semana sino que podía ser cualquier día que ella quisiera. Se lo pasó tan bien ese día cambiándolo todo que en cuanto terminó, volvió a ponerse a cambiarlo para dejarlo como estaba. Así se divertiría cambiándolo todo tantas veces como quisiera.

Patas arriba (Cuentos para Nahia)



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