Primer día de festival de cine y
como todas las primeras veces en la vida, se
entremezclan los nervios y la ilusión. En mi caso mucha más ilusión que
nervios, la verdad. Día de viaje, recoger acreditaciones, averiguar el
funcionamiento del festival y demás entretenimientos organizativos varios. Por
suerte, la buena organización del festival y la información recibida en los
días previos facilita mucho el aterrizaje incluso para un primerizo como yo.
Inauguraba el festival (y la sección oficial) la Francesa
Emmanuelle Bercot con su película La
fille de Brest (La doctora de Brest). Basada en una historia real, la cinta
cuenta la historia de una doctora francesa y su lucha contra un medicamento que
causa valvulopatías en los pacientes. La historia la hemos visto en muchas
ocasiones y no deja de ser un David contra Goliath contemporáneo. Sin embargo, y pese a los cambios de tono constates, el uso
de varios pequeños clímax a lo largo de la historia y un montaje bastante
mejorable, la película me ha gustado. Aunque he de reconocer que la
interpretación de Sidse Babett Knudsen tiene bastante culpa. Gran
interpretación de la actriz danesa a la hora de reflejar la parte más humana de
alguien que lucha contra gigantes.
A ratos conmovedora, a ratos cruda (sobre todo en las
escenas de quirófano) y a ratos coqueteando con la comedia con ciertas escenas
que liberan la tensión de la historia, la película consigue que nos acerquemos
a la historia personal de los protagonistas.
Al término de la película, el público ha aplaudido la cinta
pero la mayor parte de los críticos de la sala se mostraba descontento con el
resultado. Supongo que era una cinta demasiado convencional para la crítica.
Mañana saldremos de dudas.
Una vez terminada la proyección y de recobrar fuerzas con
algo de repostería artesana de Donosti, tocaba dirigirse a la segunda cita del
día, la también francesa Orpheline.
Creo que en este caso la crítica y el público van a coincidir en su veredicto.
Sirva de prueba el hecho de que el crítico de prensa que se sentaba a mi lado
caía dormido a los 20 minutos de metraje.
La estructura narrativa que usa Arnaud des
Pallières para contarnos la historia es un despropósito de principio a
fin. El director intenta dibujar el personaje de la protagonista contándonos
diversos episodios de su vida, sus decisiones erróneas y los hombres que la han
acompañado a lo largo de ella. Por desgracia, la conexión con el personaje va
decreciendo hasta no importarte lo más
mínimo lo que vaya a suceder o de dónde viene.
Ahora toca un merecido descanso hasta la proyección del
remake de los 7 Magníficos que nunca viene mal un poco de desconexión absoluta
en el cine. Y a la noche una de las Perlas que venía con muchas ganas de ver: Neruda. Así que por ahora, esto es todo.
Continuará…
La jornada continuó tal y como esperaba. El remake de Los 7 Magníficos da lo que promete, una
versión actualizada del clásico de 1960 de John Sturges. Siempre que veo un
remake me hago la misma pregunta ¿Era necesario? Y casi siempre coincide la
misma respuesta, no.
Comento un poco la historia por encima por si hay alguien a estas
alturas no la conoce. Malos muy malos que quieren echar de sus tierras a unos
colonos buenos muy buenos. Estos convencen al bueno (en esta ocasión al menos)
de Denzel Washington. Este recluta a 6 cowboys sin miedo a morir por una noble
causa y ensalada final de tiros durante 20 minutos.
Dudo que este remake pase a la historia del cine pero tengo
que reconocer que al menos la cinta de Antoine Fuqua es correcta. Las
actuaciones también lo son aunque bastante desaprovechadas teniendo en cuenta
su potencial. Otra vez será.
Para terminar la jornada se presentaba uno de los platos
fuertes del día para mí: Neruda. La primera parte de la cinta me
encantó, la segunda me dio la sensación de que fue bajando mucho pero, tras 3
películas, puede que no sea objetivo del todo en mis apreciaciones.
La película se aleja bastante de un biopic al uso y se
centra en contarnos a un Neruda senador de Chile y su exilio tras una
persecución un tanto curiosa de un Policía de Videla. En la historia se mezcla
realidad y ficción de una manera bastante poética y que encaja muy bien con el
protagonista de la función.
Puede que la cinta de Pablo Larraín no llegue al nivel de su
anterior película El Club. Pero he de reconocer que tiene algo que engancha,
una suerte de realismo mágico con tintes de caricatura muy de la literatura
americana.
Resumen para vagos del Día 1
La doctora de Brest: Recomendable
Orpheline: Meeeeeeeeeeeec
Los 7 Magníficos: Entretenida
Neruda: Recomendable
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